Los tumores cuáneos son resultado del acúmulo de células atípicas en la piel. Esto puede ocurrir con el paso del tiempo o ya desde el nacimiento. En la mayoría de los casos estas formaciones cutáneas no son cancerosas y se consideran benignas. Pero en ocasiones existe un crecimiento descontrolado y las células invaden el tejido circundante con capacidad de extensión y producir metástasis. En este caso se consideran malignos.
Los más frecuentes y conocidos son el carcinoma basocelular, el espinocelular y el melanoma. La mayoría de estos tumores tienen relación con una exposición excesiva a los rayos ultravioletas o a factores ambientales y a una predisposición genética. Es importante que acuda a su Dermatólogo o a su Cirujano Plástico si tiene un gran número de lunares o manchas y su forma es irregular o mayor de 6 mm. Del mismo modo debe acudir si tiene antecedentes familiares de cáncer de piel, una piel muy clara o se quema con el sol con frecuencia y facilidad. También si su actividad laboral es habitualmente al aire libre (pescadores, agricultores, construcción…).
El cáncer de piel se diagnostica mediante una biopsia que idealmente debe resecar toda la tumoración para luego examinarla al microscopio. Si es pequeño se puede intervenir como paciente ambulatorio en la consulta o en el quirófano bajo anestesia local. Si el tumor es grande o se ha extendido será preciso una cirugía mayor.
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