Mención aparte merece el tratamiento de esta patología. La expresión facial da personalidad y forma a nuestros pensamientos. Por eso, perder movilidad en la cara aísla y desconecta socialmente, deforma física y psicológicamente. Nuestra misión no es paliar las secuelas de una pérdida de función tras un tumor o un accidente sino restituir la función (reconstrucción dinámica) y su secuela estética (reconstrucción estática). Un aspecto importante a tener en cuenta es que el tiempo transcurrido desde la pérdida de la función no supere los 12-24 meses, aunque sabemos que en las mujeres puede ser algo mayor.
El tratamiento en pacientes con menos de 24 meses de evolución puede variar desde la sutura del nervio o colocación de neurotubos, hasta injertos cruzados nerviosos, transferencias nerviosas, neurotizaciones y transposiciones musculares o colgajos musculares microvasculares.
Si la reparación transcurre en pacientes con más de 24 meses de evolución las técnicas serán estáticas o dinámicas (transposición muscular regional, transferencia muscular libre en dos tiempos con injerto cruzado del nervio facial) según el paciente.
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